En el marco de la visita de Estado que realiza a la Argentina el Primer Ministro italiano, Matteo Renzi, el presidente Mauricio Macri anunciará el relanzamiento de la obra de soterramiento de la sección local del Ferrocarril Sarmiento.
El titular del ejecutivo italiano y el primer mandatario recorrerán el obrador ubicado en cercanías de la estación Haedo en el que descansa la máquina tuneladora “Argentina”, valuada en 40 millones de euros y adquirida por el anterior gobierno para realizar las obras, pero que nunca fue puesta en marcha.
El soterramiento, obra varias veces anunciada pero nunca concretada durante el kirchnerismo –y deliberadamente ignorada durante la gestión de Florencio Randazzo– parece desvelar al presidente: días antes de asumir ya le había pedido a su par brasileña Dilma Rousseff acelerar el otorgamiento del crédito del BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil) que permitiría poner en marcha las tareas.
[quote_box_left]El soterramiento costaría unas seis veces lo que costó la electrificación del Roca. Brasil financiaría la mitad, pero exige a cambio un 80% de materia prima de ese país. La obra está adjudicada a un consorcio del que participa Iecsa, la constructora del primo del presidente.[/quote_box_left]
Sin embargo, cabe recordar que como señaló oportunamente este medio, pese a la buena tasa de interés ofrecida por el BNDES (6% anual), las condiciones del crédito no son las mejores: Brasil exige que un 80% de la materia prima a utilizar en la obra sea de ese país.
El financiamiento brasileño asciende a un total de 1500 millones de dólares, que serían apenas la mitad de los 3000 millones que costaría la obra en su totalidad. A efectos comparativos cabe señalar que es una cifra superior al crédito chino para la reconstrucción de los ferrocarriles estatales (2500 millones) que incluye la adquisición de maquinaria, 100 locomotoras y 3500 vagones de carga, la renovación y mejoramiento de vías en la traza de los ferrocarriles Urquiza, Belgrano y San Martín y la provisión de repuestos para reparar unos de 2000 vagones de carga en talleres nacionales y representa unas seis veces el valor del crédito del BID para electrificar el Ferrocarril Roca, cuyo primer tramo fue inaugurado el sábado.
El Consorcio Nuevo Sarmiento, adjudicatario de la obra, está integrado por las firmas Odebrecht (implicada en el Escándalo Pertrobras, que salpica a buena parte del empresariado y la política brasileña, y cuyo ex-CEO, Marcelo Odebrecht se encuentra detenido acusado por corrupción y lavado de dinero), Ghella (italiana, lo que motiva la visita de Renzi), Iecsa (de Ángelo Calcaterra, primo de Macri) y Comsa (española).
Cabe señalar, además, que además de tratarse de una obra extremadamente costosa por lo que ofrece, carece de consenso político y aún técnico: las opiniones de los profesionales, como se refleja en un informe de Verónica Ocvirk para enelSubte.com, se encuentran divididas tendiendo a la negativa.
La principal reserva es que el proyecto contempla un túnel de doble vía, una limitación importante si se tiene en cuenta que en buena parte de su extensión el Sarmiento cuenta actualmente con cuatro. Como muestra de esa falta de consenso cabe recordar que el periodista Antonio Rossi, desde La Política Online, había asegurado en abril pasado que la obra había recibido “una estocada casi letal de parte del gobierno de Mauricio Macri”, el mismo que ahora, desde la presidencia, busca ahora reimpulsarla.