No es ninguna novedad que Hugo Moyano desde hace algunos años muestra cercanía con Mauricio Macri. Esa alianza se escenificó hace pocas semanas cuando ambos compartieron palco en la inauguración del monumento a Perón. Uno de sus sindicalistas más cercanos, Gerónimo Venegas, hasta integra oficialmente la alianza Cambiemos. Y apenas anteayer, en el acto de Camioneros por el Día del Militante Peronista, Hugo Moyano llamó con bastante claridad a votar por el actual jefe de Gobierno.
Claro que ese apoyo no es gratuito. Según publica hoy en La Nación Carlos Pagni, columnista cercano al macrismo, Hugo Moyano pretende a cambio quedarse con el Ministerio de Transporte si Mauricio Macri es electo. Esto no quiere decir que el puesto lo vaya a ocupar él, sino muy posiblemente un subalterno suyo con perfil menos conocido, tal como ocurría en la época en que las huestes de Moyano participaban del gobierno de Néstor Kirchner.
No es el único vínculo fehaciente del moyanismo con el PRO. En los últimos días sonó fuertemente la posibilidad de que María Eugenia Vidal ofrezca el Ministerio de Trabajo bonaerense a Hugo Moyano (h), el hijo abogado del dirigente de la CGT opositora. Y algunos intendentes electos de Cambiemos, con el quilmeño Martiniano Molina a la cabeza, prometieron revisar la municipalización de la gestión de residuos que habían encarado varios dirigentes peronistas. No es un secreto que Hugo Moyano tiene fuertes intereses en empresas de basura que se habían visto perjudicadas por la reestatización del servicio.
Por otro lado, el Banco Ciudad –que preside Rogelio Frigerio, uno de los posibles candidatos al Ministerio de Economía con Macri–, tiene un jugoso contrato de patrocinio con el Club Atlético Independiente, en manos de Moyano padre. Según informa también La Nación, desde hace algunos años el Sindicato de Camioneros transfirió todos sus fondos a cuentas en el Banco Ciudad.
Una eventual llegada de Hugo Moyano al Ministerio de Transporte sería devastadora para el proceso de reconstrucción ferroviaria que comenzó a tomar forma en el último trienio. No sólo los intereses de los Moyano están íntimamente ligados al transporte automotor –Camioneros, recolección de residuos, peajes– sino que existen antecedentes concretos de boicot al desarrollo ferroviario para asegurar el predominio del transporte por camión. En los últimos años se sucedieron los cortes de vías por parte de camioneros para impedir el traslado de trenes con cereales y otras cargas en General Pico, Puan, Pehuajó, Rojas, Ballesteros y otras localidades agropecuarias.
Pero, además, los Camioneros de Hugo Moyano fueron parte del consorcio que controló la empresa Belgrano Cargas en sociedad con el Grupo Macri, período durante el que cayó a mínimos históricos la carga transportada y el servicio llegó a cotas de irregularidad que espantaron a muchos de sus pocos clientes. Hasta hoy, a pesar de que está en marcha un profundo plan de infraestructura, las cargas en el Ferrocarril Belgrano no se han recuperado de las administración de la Sociedad Operadora de Emergencia (SOESA), la entidad de la que Camioneros era accionaria junto a otros sindicatos, el Grupo Macri y un presunto socio chino de Franco Macri.