La línea E del Subte es la única que en los últimos años no ha visto modernizado su material rodante. Mientras que el resto de las líneas recibieron recambios totales o parciales de sus flotas, en la “E” siguieron circulando los viejos CAF – General Eléctrica Española, que datan de la década del 60.
El deterioro de estos coches se ha profundizado en los últimos años, lo que ha generado fuertes reclamos de los usuarios de esa línea, históricamente postergada. Recientemente se ha comenzado a tomar dimensión del asunto y, para paliar la situación, se empezaron a incorporar algunas formaciones Fiat Materfer retiradas de la línea A.
Hubo, sin embargo, un intento de mejorar la situación de su material rodante: la malograda reforma de 64 coches CAF – GEE.
La historia de esa obra se remonta a 2005, cuando el Estado nacional -entonces a cargo del Subte- aprobó mediante el decreto 1683/05 el “Programa de Obras del Sistema Público de Transporte Ferroviario de Pasajeros de Superficie y Subterráneo del AMBA”. Bajo la Emergencia Ferroviaria, las concesionarias habían quedado exceptuadas de realizar las inversiones previstas en sus contratos, con lo que el Estado debía hacerse cargo de las mismas.
Entre los numerosos proyectos allí mencionados para el Subte se encontraba la modernización de coches Siemens y GEE, obra cuya realización fue ratificada al año siguiente por una resolución (328/06) de la Secretaría de Transporte de la Nación, entonces a cargo de Ricardo Jaime.
En junio de 2006 se realizó un concurso de precios para la reforma de los CAF – GEE al que se presentaron cuatro empresas: Alstom Argentina, Siemens, Emfer y Emepa, resultando preadjudicataria esta última. La adjudicación se otorgó en diciembre y en marzo de 2007 se firmó el contrato. La obra tendría un costo de casi 223 millones de pesos, unos 72 millones de dólares de entonces. Dividido ese valor por coche, la reforma hubiera tenido un costo aproximado de 1,1 millón de dólares por unidad. A efectos comparativos, es aproximadamente el mismo valor que se pagó varios años después por cada coche cero kilómetro CSR de la línea Roca.
Las intervenciones a realizar sobre los CAF – GEE comprendían el rediseño de interiores, revestimientos y pasamanos, la colocación de nuevos asientos y ventanas, la incorporación de ventilación forzada, iluminación fluorescente y de emergencia, sistemas de audio e información al usuario, modificación de las cabeceras de manera que hubiera comunicación entre todos los coches del tren, adaptaciones para personas con movilidad reducida y otras modificaciones mecánicas menores (frenos, convertidores, modificación de los engranajes de transmisión entre motores de tracción y bogies).
Ocho coches (UM23, UR 23, UM8, UR8, UM29, UR29, M108 y M113) fueron retirados de la línea E y trasladados a las instalaciones de Emepa en Chascomús, donde comenzaron a ejecutarse a bajo ritmo las tareas de reforma. Según consta en un informe de la Auditoría Porteña, la disponibilidad de coches “era reducida por la necesidad de flota en uso”. El objetivo era construir una formación prototipo, algo que no llegó a materializarse.
Las tareas quedaron a medio camino mientras Emepa le demandaba al Estado nacional una redeterminación de precios que éste le negaba. A partir de 2012, tras el conflicto por el traspaso del Subte a la Ciudad, la Nación se desentendió del contrato y lo transfirió al gobierno porteño.
En el informe que la Auditoría Porteña elaboró por encargo de la Legislatura al momento de aceptarse el traspaso consta que la obra de reforma de los 64 coches GEE presentaba un avance de apenas 7,79%. Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) decidió cancelar el contrato transferido y suspender las tareas de reforma.
Extrañamente, SBASE mantuvo vigentes los contratos con Emepa y Alstom para la reforma de coches Siemens – Schukert O&K (de los que sí habían llegado a construirse dos formaciones prototipo) a pesar de que estos eran 30 años más viejos que los GEE. Estos fueron puestos en servicio sucesivamente en las líneas A y H y, si bien se preveía su incorporación a la línea E, nada se ha materializado de momento.
En agosto pasado, SBASE sacó a remate los ocho coches CAF – GEE que habían sido trasladados a Emepa hace casi ya diez años. Cuatro de ellos presentan signos de la reforma inconclusa: reparaciones en las carrocerías (sobre las que se practicaron hasta tareas de pintura), apertura de huecos en el techo para la ventilación forzada y reforma de las punteras para incorporar conexión entre coches. Estas eran las unidades de la formación prototipo que jamás llegó a ver la luz.
Mientras tanto, el material rodante de la línea E languidece y los usuarios experimentan malas condiciones de viaje día a día, a la espera de un cambio de flota que no llega.