El pasado martes el jefe de Gabinete de la Ciudad, Felipe Miguel, expuso ante la Legislatura su informe semestral en el que defendió la gestión del GCBA en diversas áreas.
En la sesión, el legislador Diego García de García Vilas (Confianza Pública), que preside la estratégica Comisión de Obras y Servicios Públicos –donde se debaten los proyectos de estatización o privatización del Subte–, reclamó al ministro por el estado de la línea E. En concreto, el diputado apuntó al estado de los coches y a la escasa frecuencia del servicio e instó a Miguel a aclarar si está previsto algún plan de acción para mejorar las prestaciones.
La Legislatura ya había aprobado un pedido de informes presentado por el propio García Vilas sobre el estado de la línea, que a pesar de ser una de las menos utilizadas de la red (en 2016 transportó apenas 20,2 millones de pasajeros, apenas superando a la línea H) está entre las que más reclamos genera, situación que se refleja hasta en las redes sociales (ver más abajo).
“Es una de las líneas con menos inversión y con más reclamos de los usuarios, sobre todo en cuanto a la infraestructura. Recibimos denuncias por filtraciones de agua los días de lluvias, deterioro en los vagones y vías y demoras altísimas”, aseguró días atrás el director del Ente Único Regulador de los Servicios Públicos de la Ciudad.
Ante el deterioro de la flota CAF – General Eléctrica Española, que data de 1964 y cuyo programa de reforma fue cancelado en 2013, SBASE ha comenzado a transferir a la línea E los Fiat Materfer retirados de las líneas A y D. Hasta el momento se han incorporado dos formaciones y se espera que en breve se sume una tercera.
En términos de infraestructura, se está trabajando en la renovación de vías, pero la obra avanza por debajo de los plazos establecidos y hay importantes tramos que aún no han sido reemplazados. La obra, licitada en 2013, era una obligación contractual de la concesionaria Metrovías quien quedó eximida de cumplirla tras la sanción de la ley de emergencia ferroviaria. Curiosamente, la obra terminó siendo adjudicada a la propia controlante de Metrovías, Benito Roggio.
La extensión de la línea a Retiro, en tanto, se espera recién para fines de 2018 o principios de 2019. Pese a que las obras civiles están terminadas desde 2015 y las vías ya han sido colocadas, todavía faltan una serie de tareas complementarias: recién esta semana fue lanzada una nueva licitación para la provisión de un sistema de ventilación para las estaciones Correo Central, Catalinas y Retiro.