La obra de renovación de la parrilla de vías de Retiro se encuentra sin actividad desde hace varias semanas.
Según pudo saber enelSubte, las tareas, adjudicadas a la UTE Siemens-Tesur-Panedile, están frenadas debido a “falta de fondos” del Estado para obras de este tipo, que se ejecutan con presupuesto corriente. La inversión requerida se estima en 100 millones de dólares.
La obra había sido licitada hacia fines de 2016 y adjudicada en noviembre de 2017. Finalmente, en enero de este año el ministro Dietrich había dado inicio oficial a las obras, que comenzaron entre febrero y marzo.
Para permitir el arranque de los trabajos, la operatoria de los trenes de larga distancia a Rosario, Córdoba y Tucumán fue transferida a la estación Retiro San Martín a partir del 30 de enero. Mientras tanto, se aprovecharían los meses en que los trenes del ramal Tigre no llegarían a Retiro por la obra del viaducto para trabajar sobre vías que en condiciones normales estarían siendo utilizadas.
La obra parecía tomar buen ritmo cuando a fines de marzo se decidió que, por poco más de un mes, los trenes de los ramales Mitre y Suárez no llegarían a Retiro durante los fines de semana. Durante esos meses fueron llegando al obrador nuevos rieles y durmientes de hormigón, que fueron acopiados en el lugar. A su vez, se avanzó en la remoción de los antiguos durmientes de madera y de algunos tramos de vías desgastadas.
Sin embargo, entre fines de abril y principios de mayo la obra quedó prácticamente paralizada: la falta de actividad se hizo notoria y hasta fue retirado de su lugar un gran cartel que anunciaba las obras y que había sido colocado en uno de los laterales de la estación Retiro Mitre. Aunque el cartel fue luego reinstalado, los trabajos no fueron retomados.
La renovación integral de la parrilla de Retiro Mitre es una de las obras más demoradas y esperadas del ferrocarril: la infraestructura se encuentra desgastada y en muy mal estado debido a que data de hace más de cien años y desde entonces recibió reparaciones e intervenciones parciales. Esto obliga a los trenes a ingresar y salir de la estación a muy bajas velocidades, lo que compromete los tiempos de viaje, pero no impide que ocurran descarrilamientos con alarmante frecuencia.
