Un informe de la Fundación Estado, Trabajo y Producción (FETyP) reveló que el Gobierno porteño subejecutó en el primer semestre el presupuesto asignado a varias areas de la administración de la Ciudad. Una de las conclusiones a las que llegó el estudio es que el porcentaje de ejecución de las partidas es bajo para la época del año analizada, hecho que se ve agravado porque esa subejecución afectó inversiones de capital en la infraestructura de la Ciudad como escuelas, desagües pluviales y Subtes.
“Contando con un presupuesto aprobado de casi $ 3.000 millones para obras públicas, los gastos de capital en la primera mitad de año fueron de sólo el 25% ($ 727 millones). Como ya denunció oportunamente la FETyP, en el primer trimestre la ejecución había sido sólo de un 7%”, dice el informe. Además, la FETyP señaló que el GCBA contrajo deuda por 475 millones de dólares, desagregados en 300 millones para Subtes y 175 millones para el Fondo de Infraestructura Social (FOISO). “La actual crisis en el sistema educativo y de la salud de la Ciudad en parte se debe a la no ejecución de las obras del FOISO, especialmente en escuelas secundarias y en hospitales”.
En lo que respecta al Subte, el informe expone que sólo se gastaron 72 millones de pesos, equivalentes al 48% del presupuesto del area. Además, denuncia que para expandir la red se contrajo endeudamiento que el area no sólo no está en condiciones de gastar sino que además prestará una parte a AUSA. Mientras tanto, en el Ministerio de Ambiente y Espacio Público se registró el nivel más alto de ejecución presupuestaria en el rubro Servicios de Higiene Urbana. Allí se gastó ya el 65% de los fondos asignados -1117 millones de pesos- , a la vez que se espera que para fin de año el area incluso sobrepase esa cifra y termine gastando alrededor de 1500 millones. En cambio, el Instituto de la Vivienda gastó solamente el 6,4% de los 409 millones que le fueron asignados para paliar la crisis habitacional que vive la Capital.
La conclusión a la que llegó la FETyP es lapidaria: “mientras se invierte muy poco en obras imprescindibles para la población, se gastan muchos recursos en los importantes sobreprecios que se han pagado en las obras y manutención de pavimentación y veredas, y en el mantenimiento de la Ciudad (recolección de residuos, alumbrado, limpieza de sumideros, mantenimiento de los espacios verdes, etc.), como lo demuestra la sobre ejecución de los contratos de higiene urbana”. Como si fuera poco, denuncia que “se incrementó sideralmente el gasto político a partir de haber incorporado asesores y personal jerárquico, con altas remuneraciones, y de haber creado innecesarias agencias gubernamentales que ni siquiera cumplen con sus misiones y funciones.” Como ejemplo cita a la Agencia Gubernamental de Control, repartición encargada de la supervisión de las obras de construcción de nuevos edificios en la Ciudad como la que provocó el derrumbe del gimnasio en Villa Urquiza, y que además fue allanada por un juez federal ya que su jefe de inspectores no contaba con el título habilitante exigido por la ley.