Las obras de renovación de vías de Buenos Aires a Mar del Plata y Rosario se encuentran mayormente frenadas desde la asunción del nuevo gobierno. La UTE Panedile-Techint, que tiene a su cargo la renovación a Mar del Plata, paralizó los trabajos y suspendió personal ante la falta de pago de los certificados de obra por parte de las nuevas autoridades de Ferrocarriles Argentinos. Según publica La Política Online, el consorcio responsable de la renovación a Rosario tomará la misma medida en los próximos días.
El nuevo responsable de la división de Infraestructura de Ferrocarriles Argentinos, Guillermo Fiad, habría comunicado a las empresas constructoras que “por ahora” no cuenta con fondos para el pago de las obras y que hasta febrero no estará “en condiciones de determinar cuál será la planificación y el ritmo de las obras para este año“. Fiad es un empresario del sector energético –fue ejecutivo de Shell, entre otras– que se presenta en LinkedIn como “CEO” de la empresa estatal.
Las dos obras debieron haber sido finalizadas para 2014 de acuerdo con el cronograma original, que se vio dificultado por contratiempos operativos e importantes inclemencias climáticas. De hecho, la circulación de servicios a Mar del Plata continúa suspendida puesto que –pese a la intención de las autoridades de Ferrobaires– no se autoriza el uso del viejo puente sobre el Río Salado y los trabajos en el nuevo están incompletos.
La intención original del equipo de Florencio Randazzo era implementar hasta siete servicios diarios a Rosario y otro tanto a Mar del Plata con tiempos de viaje que permitieran unir Buenos Aires con ambas ciudades en unas cinco y cuatro horas, respectivamente. Por el momento, sin embargo, el panorama está muy lejos de cumplirse y no aparece como prioritario en el discurso de las nuevas autoridades, que han dejado trascender que su prioridad serán los trenes de pasajeros para el Gran Buenos Aires y los de carga para el resto del país.
En Rosario, según publica La Capital, los vecinos se quejan de que el servicio ferroviario no ha tenido el impacto prometido en la fisonomía y actividad comercial del sur de la ciudad. Lejos de pedir su cancelación, reclaman más y mejores horarios: sigue circulando un único servicio diario desde Buenos Aires que demora más de seis horas en realizar el trayecto, con llegada a Rosario a las 22:35.