Desde la semana pasada, los vecinos de Belgrano volvieron a ver un paisaje que fue habitual durante la extensión de la línea D desde Palermo hasta Congreso de Tucumán: obradores sobre la avenida Cabildo, principal arteria comercial del barrio. En este caso, se trata de una obra de menor duración: la concesionaria iniciará trabajos de recambio de vías en los tramos aledaños a las estaciones Palermo y Scalabrini Ortiz; único tramo donde nunca han sido renovados desde el inicio de la concesión.
Son trabajos largamente esperados por los pasajeros habituales de la D que, gracias al desgaste de los rieles, sufren niveles de contaminación sonora que se encuentran por encima del máximo tolerable para el oido humano. Además, el mal estado de las vías perjudica el normal funcionamiento de los trenes en lo que hace a velocidades desarrolladas, estabilidad y confort en la marcha y frecuencia de circulación, además de disminuir la vida útil de ruedas y suspensiones.
Sin embargo, de poco servirán estas obras si no se encara un programa de mantenimiento intensivo de las formaciones y la definitiva calibración del sistema de señales ATP. Las bruscas frenadas que, a más de un año de implementado este sistema de control digital de tráfico, se experimentan en varios tramos del recorrido causan que las ruedas se aplanen. Con su constante repiqueteo, claramente audible para los pasajeros, dañan el perfil de los rieles, las fijaciones y los durmientes, además de causar un mayor desgaste en los sistemas de suspensión de los coches.