A tan sólo cuatro meses del vencimiento de la emergencia del Subte y del actual contrato con Metrovías, y con el proyecto para concesionar la operación por hasta quince años empantanado en la Legislatura, el Gobierno de la Ciudad se prepara para prorrogar la vigencia del acuerdo con Metrovías.
La posibilidad de otorgar a la actual operadora una nueva extensión del Acuerdo de Operación y Mantenimiento (AOM) vigente desde 2013 –y renovado en 2015– era una posibilidad que, por lo bajo y como una suerte de “Plan B”, era barajada por el GCBA en el caso de que el proyecto oficial no obtuviera el tratamiento exprés que el oficialismo deseaba.
Según pudo saber enelSubte, la prórroga a Metrovías se haría en principio por seis meses, con opción a prolongarse por otros seis, con lo que se da por descontada la continuidad de la empresa del grupo Roggio hasta fines de 2018.
Por la parálisis que afecta a la Legislatura debido a la campaña electoral, el proyecto del ejecutivo no llegaría al recinto sino hasta noviembre, una vez que hayan pasado los comicios.
Aún si el oficialismo lograse su aprobación antes del 31 de diciembre, no dan los tiempos para la realización del llamado a licitación internacional, presentación de propuestas, evaluación de ofertas y adjudicación, un proceso que tomaría largos meses. Si así y todo el proceso se diera sin sobresaltos y hubiera un adjudicatario listo para hacerse cargo de la red, es de prever un período de transición entre la operadora saliente y la entrante. Por esta razón, la prórroga resulta atractiva para el Gobierno, ya que “compra tiempo” para resolver el tortuoso proceso de contratación.
El trámite podría ser más ordenado en el caso de que la eventual adjudicataria fuese la propia Metrovías, aunque en sociedad con alguna de las operadoras extranjeras que la Ciudad quiso atraer para competir en la licitación, tal es la versión que más suena en estos días.
Al respecto, un conocedor de las operaciones de Transporte dijo a este medio: “Hay que mirar la experiencia de Roggio en Brasil, allá ellos formaron parte de varios consorcios de operación de servicios con otras empresas y actualmente están en el VLT de Río de Janeiro, donde participan junto a RATP, una de las empresas que Larreta quería que participara en la licitación”.
Si ese fuera el caso, el GCBA se garantizaría una transición sin sobresaltos, aunque no por ello más abreviada. La misma fuente reconoció ante enelSubte que “para que el proceso sea prolijo y eficiente la transición debería ser de dos años, un año es insuficiente”.
La aprobación del proyecto oficial, no obstante, no puede darse aún por descontada y en el horizonte ya aparecen señales de preocupación para el oficialismo.