El Ministerio de Desarrollo Económico de la Ciudad presentó en el día de ayer un proyecto para la construcción de una nueva terminal de ómnibus de larga distancia en Villa Soldati, localizada en los terrenos que se encontraban asignados a la construcción del Taller Central Mariano Acosta. La iniciativa, publicada por enelSubte.com hace casi un año atrás, fue anunciada parcialmente por el GCBA en julio de 2012.
Las autoridades no dieron precisiones al respecto de lo que ocurrirá con el demorado proyecto del Taller Central, aunque aclararon que los pocos coches allí depositados desde hace décadas (un puñado de Brugeoise, Siemens-Schuckert y General Eléctrica Española), en avanzado estado de deterioro, serán retirados para dar paso a las obras. El año pasado se había mencionado la posibilidad de “mudar” el taller, aunque tampoco se dieron precisiones al respecto.
En el terreno enmarcado por las Avenidas Lacarra, Dellepiane y Perito Moreno se instalarán además, según la reciente licitación para renovar las vías de la línea E, una serie de vías para utilizar como estacionamiento para coches en servicio de la línea E. Se desconoce si esta obra entra en colisión con el proyecto de la nueva terminal.
Según informó La Nación, en una segunda etapa se prevé extender la línea E desde Plaza de los Virreyes hasta Lacarra, agregando una estación a la línea para proporcionar una conexión directa con la red subterránea a la nueva terminal. Este proyecto, del que no se conocen detalles, sería presuntamente ejecutado por Terminales Terrestres bajo la supervisión de SBASE y estaría abierto al público “a partir del mes 25”, informó el matutino.
El proyecto de la terminal sur, que se complementará con las ya existentes de Liniers y Retiro (de cuyo tráfico absorberá cerca del 40%), es una iniciativa privada de la empresa Terminales Terrestres Argentina, holding al que pertenece TEBA, concesionaria de la terminal de Retiro y constructora de terminales de larga distancia en Santiago del Estero y San Rafael, Mendoza. La compañía invertirá unos 90 millones de pesos en la construcción, que se emplazará en un terreno que es de la Ciudad. En virtud de esto se suscribió un contrato de leasing mediante el cual la empresa abonará un cánon de 400.000 pesos mensuales al GCBA durante 18 años a contar desde la inauguración, prevista para 2015. Cumplido ese plazo, como es habitual en esta modalidad contractual, la empresa tendrá la opción de compra o la terminal quedará en manos de la Ciudad.