Días atrás se habilitó, finalmente, la esperada extensión del servicio eléctrico de la línea Roca a City Bell. Pese a cierta improvisación –el tren pasa sin parar en Hudson y Pereyra, lo que motivó un prolongado corte de vías de los vecinos para reclamar el inicio de las obras de elevación de andenes– y frecuencias más que modestas, los usuarios, que desde septiembre de 2015 se habían quedado sin trenes, expresaron su satisfacción.
Sin embargo, en el segundo día hábil de operación comenzaron a notarse los problemas. El pasado martes se produjeron dos fallas eléctricas (la primera cerca de las 13, la segunda alrededor de las 19) que provocaron importantes demoras en la circulación de los trenes. Trenes Argentinos Operaciones admitió la ocurrencia de estos desperfectos al diario El Día, de La Plata.
De acuerdo con los trabajadores de la línea, los problemas se deben a que el sistema eléctrico está operando “al límite”. En este momento, todos los trenes del Roca están siendo alimentados por la subestación Temperley, que funciona al borde de su capacidad. De hecho, desde mediados del año pasado, esta subestación es asistida por varios grupos electrógenos de gran tamaño, una solución provisoria que se ha extendido por más tiempo de lo esperado.
La subestación Quilmes, destinada a proveer la energía de toda la vía Quilmes y a complementar a Temperley, todavía no está terminada: su porcentaje de ejecución ronda el 60%. La finalización de esta obra es indispensable para que puedan rehabilitarse los servicios a La Plata.
De acuerdo con los trabajadores, esa misma escasez de energía ha llevado, incluso, a acelerar el cronograma de incorporación de los trenes CSR (que ingresaron a servicio en los ramales a Alejandro Korn y Ezeiza en el transcurso del año pasado y que ya son mayoría), de menor consumo eléctrico que los veteranos Toshiba. La mayoría de ellos han sido apartados del servicio y estacionados en cercanías del nuevo taller de Gerli, recientemente habilitado.