Hace menos de dos semanas enelSubte informaba sobre el avance de las “intervenciones artísticas” en distintas estaciones de la línea B. A cargo de la decoración de la red está desde el año pasado Natalia Orlowski, artista plástica y a la sazón esposa del actual vicepresidente de SBASE, Alberto Gowland. Orlowski contrató a distintos colegas suyos para intervenir las estaciones, pintando distintas obras sobre el recubrimiento símil granito con el que Metrovías tapó la decoración original en mayólicas, muy similar a la que mantiene la línea A.
Este medio llamó la atención sobre una especie de mantel de colores pintado sobre el revestimiento símil granito que cubre el alictado original de la estación Medrano. Se afirmó que la iniciativa supone ignorar y maltratar el valor patrimonial de las estaciones, optando por pintar encima de un recubrimiento falso en lugar de restaurarlas a su aspecto original. Esto último, sin ir más lejos, es lo que se hizo en la línea A durante la renovación de 2006 a 2008. Pero, además, se trata de una licencia creativa que contradice los principios de calidad y durabilidad que deberían guiar a toda obra ejecutada con fondos públicos. Las intervenciones son pintadas sobre un material rugoso de fácil desprendimiento, limitando su vida útil a meses o incluso semanas.
Y esto es lamentablemente lo que sucedió: la intervención artística de Medrano tiene 15 días y ya presenta irregularidades y desprendimientos. Si el objetivo era embellecer las estaciones, al margen de consideraciones estéticas, el resultado es dudoso. Cabe esperar que las autoridades de la empresa recapaciten y cambien una política que malgasta fondos públicos por una auténtica recuperación de las estaciones con materiales de calidad. Como las mayólicas con guardas de colores que por más de 60 años decoraron las estaciones de la línea B y que esperan, ignoradas bajo una capa de estuco, a ser descubiertas.